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Variaciones sobre un tema original op. 21 No. 1
Las once Variaciones sobre un tema original, Op. 21 n.° 1, de 1856-1857, parten de una sencilla melodía en Re mayor encuadrada en dos secciones de nueve compases cada una. Salvo en la variación undécima, esta estructura se mantiene con bastante rigidez, así como el plan modulatorio; salvo la octava, novena, décima y alguna sección de la variación final, se mantiene también el tono original.
6 Piezas op. 118
Este conjunto de piezas musicales, integrado por cuatro lntermezzi, una Balada y una Romanza forman una extraordinaria serie pianística, siendo escrita en 1892.
Si en general los lntermezzi prefieren los movimientos lentos, tiernos e interiorizados (como el 2º., de tan sutil contrapunto en su sección central), el 1º. de esta serie rompe la norma y está escrito en un Allegro non assai, ma molto appasionato; y a él le sigue el 4º, Allegretto un poco agitato, e incluso el 6º, que aunque largo e mesto es recorrido por una especie de viento interior que no logra calmarse sino en el acorde final, lentamente desgranado en inolvidable arpegio.
La Balada en Sol menor (núm. 3) tiene el carácter apropiado del género, ligeramente épico en sus partes extremas y debidamente contrastada en la parte central, más reposada y meditativa.
La Romanza en Fa mayor (núm. 5), con su melodía inicial casi intrascendente, doblada a la octava en las voces interiores, puede parecer en su inicio una concesión a la romanza sin palabras degradada en los salones burgueses, pero inmediatamente se muestra como una perfecta miniatura de alada perfección y sabio contrapunto en su parte central.
Sonata op. 5
La tercera de las Sonatas para piano solo de Brahms, compuesta en 1853, participa de las características ya apuntadas de sus dos obras anteriores, pero es una composición más madura, lo que demuestra el alto grado de autoanálisis.
Es también la más extensa, pues dispone de un tiempo más, cinco en total, con la alternancia perfectamente simétrica de rápido-lento-rápido-lento-rápido. Al estar claramente relacionados los dos tiempos lentos por el material temático, la simetría de la obra se acentúa con claridad meridiana. Es, por último, la más brahmsiana de las tres, aquella donde la voz personal del compositor —que ya nos es familiar a lo largo de estos conciertos— se manifiesta por vez primera con más soltura.
El Allegro maestoso inicial se despliega con suma energía, y el material temático de todo él, admirablemente construido y desarrollado, se desgaja de la figuración expuesta en el primer compás: de ahí la sensación de unidad, de intensa concentración, que parece increíble en un joven de apenas veinte años. Sólo en sus obras de madurez volveremos a encontrar algo parecido.
El primer tiempo lento, un Andante, está encabezado con unos versos de C. O. Sternau: La tarde declina, brilla el claro de luna, hay allí dos corazones unidos por el amor que se enlazan bienaventurados: se trata de un conmovedor nocturno que impresionó, entre otros, a Wagner.
Le sigue un Scherzo de clara inspiración schumaniana, con un trío en lentos y anhelantes acordes, y un cuarto movimiento, lento de nuevo, titulado Intermezzo y subtitulado Rückblick (mirada hacia atrás), una especie de espectral marcha fúnebre por el amor perdido, del encantador nocturno que era el segundo movimiento.
El Finale, con su tema principal tan ligado al del Scherzo, contiene en su tema secundario, uno de esos guiños culturales que pasan absolutamente desapercibidos al no iniciado. Sus tres notas iniciales (Fa-La-Mi) se corresponden en la notación alfabética (F-A-E) con la divisa que Joseph Joachim, el gran violinista amigo de Brahms, hacía campear en sus cartas: Frei, aber einsam, es decir, libre, pero solo. Escrito a la manera de un Rondó, el dramatismo de toda la Sonata en Fa menor es conducido beethovenianamente a un final victorioso, naturalmente en modo mayor.
Abandonada desde ahora, con esta impresionante obra, la forma Sonata en el piano solo, Brahms volverá a adoptarla años más tarde para los dúos: violín-piano, violonchelo-piano, dos pianos o clarinete-piano.
Julián Bello
Nació en España y recibió educación musical en Uruguay, donde reside desde los cuatro años. Alumno de Balzo, Ingold, Estrella, Perlemuter, su trayectoria, ampliamente conocida en nuestro país, es la de un músico integral. Es pianista titular del Conjunto de Cámara del SODRE, de la Orquesta Filarmónica y del Trío del Sur. Ha actuado como solista tanto en conciertos sinfónicos como en recitales, y ha tomado parte en conciertos con otros instrumentistas y cantantes, además de su actividad docente. Ha recibido numerosos premios y realizado giras por Argentina, USA, Sudáfrica, Francia, Chile, Brasil.
En la primavera de 1998, con el auspicio del Ministerio de Educación y Cultura, Julián Bello ofreció un recital que incluía obras de Bach, Beethoven y Brahms. Dicho concierto fue un enorme éxito de público y mereció elogiosos comentarios de la prensa especializada.
Organizado con la colaboración de la Embajada de España y el Instituto de Cooperación Iberoamericano, Julián Bello presentó un nuevo programa en 1999, esta vez dedicado íntegramente a obras de Brahms.
En dicha oportunidad, la sala colmada de público del Auditorio del SODRE lo ovacionó largamente luego de dos horas intensas de música.
La crítica especializada dijo al respecto: "...pese a que el recital de Julián Bello, (incluyendo un magnífico y enorme extra) el público no se movió de su asiento y las ovaciones al final fueron estruendosas. En todo momento el intérprete estuvo a la altura del compromiso con una devoción impresionante hacia el autor, con un sonido suntuoso y rico, totalmente brahmsiano, con un fraseo severo pero muy expresivo, con una técnica fuerte y segurísima y una musicalidad y carácter fieles al compositor..." Washington Roldán, El País.
Desde esa fecha hasta ahora Julián Bello ha realizado múltiples recitales, tanto en forma individual como con la orquesta Filarmónica (en 2012 presentó el concierto para piano y orquesta de Kachaturian en el teatro Solís ) así como con el Trío del Sur, en dúo con Cecilia Penadés y ha participado como integrante estable en la mayoría de las actuaciones del Conjunto de Cámara del SODRE viajando inclusive a dar el primer concierto de música en la Antártida.